Los sentidos del gusto y el olfato están tan vinculados entre sí que es casi imposible explorar uno sin el otro. La memoria de olores está entre las más evocadora de los sentidos. Los pequeños de preescolar se divirtieron probando olores y sabores, degustaron también con su nariz tapada y descubrieron como cambia el sabor de las frutas.
Por otro lado «tocar» nos permite distinguir detalles mínimos que no detectan nuestros otros sentidos. Usamos nuestro sentido del tacto para manipular herramientas con el fin de ayudarnos a comunicar y crear. Ahora nuestros pequeños dieron oportunidad al sentido del tacto y descubrieron las sensaciones que les causa el tocar diferentes texturas, sin duda todos tuvieron experiencias divertidas pero no faltó quien manifestara esa sensación de desagrado al tocar cascaras de huevo o arena y quienes por el contrario manifestaran sensación placentera al tocar plumas muy suaves.
Dales la oportunidad de explorar, de descubrir, de manipular.